jueves, 5 de junio de 2014

Pensamiento de los antiguos


En los sistemas chamánicos de pensamiento todos los seres que pueblan el mundo tienen una manifestación material y otra inmaterial. La primera es una forma particular, diferenciada y visible, que separa a los distintos tipos de seres; la segunda es una esencia intangible común que los identifica y los une.


Los diferentes tipos de animales, de plantas y el hombre son así expresiones de una misma esencia espiritual, mantenida encubierta por un cuerpo o “ropaje” exterior, que circula entre todos los entes y los conecta.
Todos los seres son concebidos como “gente”: se cree que ellos se ven a sí mismos como gente y de hecho algunas personas tienen la capacidad de verlos como tal; se ordenan en grupos sociales idénticos a los de los humanos y se relacionan dentro de ellos y con los otros también bajo su modelo.
Los animales y otros seres vivos llevan formas de vida humana: viven en comunidades regidas por un jefe, tienen sus territorios y casas, bailan, cazan y siembran la tierra en los mundos o dimensiones a los que cada uno pertenece (el río, los cerros, el nivel superior, medio o inferior del bosque, etc.). Cuando los animales entran a sus casas se quitan su piel, o su “camisa”, y se transforman en gente, pero esta forma permanece invisible para el ojo humano común; únicamente los chamanes, con su “visión” poderosa y particular, u otras personas en estados de trance ritual, pueden llegar a contemplarla. Las relaciones de la gente-humana con las demás “gentes” de la naturaleza tienen asimismo un carácter social: algunos animales y plantas son tratados como parientes, otros como aliados, otros son enemigos, y las actividades en las que ambos se involucran se asimilan a intercambios de tipo social: la cacería, por ejemplo, se ve como una alianza matrimonial entre el cazador y su presa.

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