Dice Neil Tyson que compartimos el 98% a 99% del ADN con los chimpancés; con el 1% restante hacemos toda la diferencia.
Y también dice Tyson que quisiera saber en qué consistiría un 1% más de inteligencia que la nuestra.
Y te diré Neil deGrasse Tyson en qué consistiría:
Una especie el 1% más inteligente que nosotros no se desperdiciaría.
Pero, aparte de eso, nadie parece tener en cuenta que el estilo de vida de una especie, y aún de las diversas razas dentro de una especie, depende del deseo de adaptarse a determinadas circunstancias; para ello delimita, circunscribe un ámbito, un reducto dentro de la compleja realidad.
Para el reducto ecológico que ocupa el chimpancé no hay mejor y más inteligente adaptación.
Igual se puede decir de cada una de las especies vivas.
La cuestión es: la vida no se desarrolla por sí misma, sino que su deseo, interés o tendencia cultural la hace crear un ámbito dentro del complejo de lo real, y ese ámbito luego la estimula, la motiva, la despierta a actuar.
No es posible imaginar las condiciones de vida de una especie extraterrestre, pero dadas las reglas de la naturaleza, sería "imposible" que una especie se desvincule de su medio y se adapte al de otro planeta espontáneamente, ya que en este nuevo hábitat no habría ningún nicho para ella.
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